La crianza constituye el conjunto de acciones que realizan madres, padres y otras figuras dirigidas a la atención, cuidado y educación de las niñas, niños o adolescentes desde marcos biológicos, emocionales y psicosociales. Criar en positivo tiene que ver con ejercer una parentalidad responsable y respetuosa de los derechos de la infancia y adolescencia.
Brindar una atención adecuada a la infancia y la adolescencia, unos cuidados físicos y emocionales acordes a sus necesidades, procurar su educación y socialización consiguiendo su sano desarrollo y efectiva integración social, son algunos de los desafíos que plantea la crianza. Aproximadamente, un tercio de la vida del ser humano transcurre durante la crianza y es evidente que este proceso tiene un efecto en el desarrollo de la persona.
La primera infancia es el periodo que inicia con el nacimiento y se extiende a hasta los 6 años. Lo que ocurra en esta fase de la vida será determinante para el desarrollo físico, emocional y social de la persona, tanto en su infancia y adolescencia, como en la vida adulta. El bienestar de los seres humanos en términos de respeto a los derechos e igualdad de oportunidades se perfila desde esta etapa.
La infancia es el periodo entre los 7 y los 12 años en el que se consolida el desarrollo físico, intelectual y emocional. Mejora el equilibrio, la fuerza y la habilidad manual. Aumenta la capacidad de abstracción haciendo con que los niños entiendan ideas que no son tangibles, como el tiempo o la felicidad y empiezan a comprender el punto de vista del otro. Sienten mucha curiosidad y buscan conocer las razones de las cosas. La escuela es un espacio central para el desarrollo cognitivo y para afirmar su capacidad de interrelacionarse. Por tanto, es una etapa marcada por la socialización, el aprendizaje de reglas y valores de grupo y una mayor independencia y autonomía.
La adolescencia es el periodo que inicia con la pubertad, alrededor de los 13 hasta los 18 años, aunque puede extenderse hasta los 22-25 años (adolescencia tardía). Se caracteriza por ser considerada la transición a la vida adulta y supone un periodo desafiador, tanto para las familias como para los adolescentes, por tratarse de una etapa marcada por el desarrollo y los cambios a nivel biológico, psicológico, sexual y social. Es una etapa de descubrimiento de la identidad y del entorno que prepara para los roles de adulto.
Los buenos tratos y la parentalidad positiva son imprescindibles en todas las etapas de la crianza, para saber más de estos temas te proponemos este vídeo y esta acción formativa, que te ayudarán a reflexionar y aprender sobre el tema. Con este material podrás conocer aspectos clave de la parentalidad y las competencias que son necesarias para acompañar a niños y niñas en su proceso de crecimiento en familia.
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